Entrevista de Jennifer Lawrence para la edición de Mayo de Harper’s Bazaar

Armada con un oscar, un espíritu independiente y la confianza pura en si misma, la actriz es una voz potente al igual que una estrella.



No sería exagerado decir que Jennifer Lawrence es la alcaldesa del hotel Greenwich de Nueva York. Claro, Robert de Niro es el dueño, pero ella también. Sentada en un sofá de esquina, con su pequeño perro Pippi, corriendo alrededor de la habitación, ella es tan en casa como es posible cuando tú eres una estrella de cine ganadora de un Oscar.

Como ya se dice, ella es muy habladora. “Estaba pensando que deberíamos empezar en silencio”, digo. “No”, ella grita. “Eso me haría querer hablar más que nada. De repente, un millón de palabras inundarían mi cabeza.”, ella parece realmente en pánico.

Lawrence se encuentra en la ciudad por unos días antes de ir a Montreal para finalizar la grabación de X-Men: Apocalipsis, este mes. Ella trata de ser una persona de bajo perfil (no conocida) en la ciudad, pero la ciudad la encuentra de todas formas.  Un par de noches antes, el día de San Valentín, se fue a cenar a Brooklyn con su amigo humorista Aziz Ansari. Las cenas de Jennifer Lawrence con Adele y Emma Stone o con sus amigas Amy Schumer y Lena Dunham son geniales para los medios, pero esta fue especial. Según los medios sensacionalistas Lawrence comió un “sandwich con ketchup” (“Um, un sándwich sumergido con ketchup es una hamburguesa con queso”, observa.) “Fue la noche en la que pude ver a Aziz. Para San Valentín él me consiguió un animal de peluche, y yo le conseguí una tarjeta de San Valentin de That’s So Raven.”


Que, al parecer, esta es la extensión de la vida romántica de Lawrence en la actualidad. De todas formas, le pregunto si a ella le dan escalofríos con alguien. “Tengo escalofríos por toda mi cara”, bromea. “¡No puedo! Todo lo que diga acerca de los chicos se comenta” Ella admite que no tiene un tipo. “No lo creo, porque los patrones son obra del diablo” ella deja escapar una risa. “Si pienso en todos mis ex novios, todos ellos son incomparables.” Lawrence ha estado soltera por un tiempo, a pesar de su comportamiento tal vez esto sea por poco tiempo. Pero por ahora: “¿Sexo? Que alguien me explique lo que es.”

Lawrence no necesita que nadie le explique nada, ella está en la cima de sus poderes. Su confianza es palpable, su conversación es burlona e impaciente. Se puede entender por qué sus amigos son tan famosos, porque para ser amigo de Lawrence, las pelotas (ser valiente) son un requisito. “Puedo sentir a veces que las personas se sienten intimidadas por mi, pero trato de hacer lo mejor para compensar eso”, dice ella. “Hay cero razones para sentirse intimidado por mi, en absoluto, pero también lo entiendo.”


La franqueza de Lawrence fue en aumento cuando se publicó su ensayo para el boletín de noticias “Lenny” de Lena Dunham, el año pasado sobre la igualdad en Hollywood. “No tenía idea de que iba a estallar así”, recuerda. “Y obviamente, sólo absorbí lo negativo. No le presté ninguna atención a la respuesta positiva. Mis padres se molestan mucho. Ellos no quieren que hable sobre cosas de política porque es difícil ver como critican a tu hijo. Pero, en realidad, las personas que lo critican son las que piensan que las mujeres no deben ser pagadas lo mismo que los hombres. Así que no me importa lo que esas personas piensan.”


En los globos de oro Ricky Gervais, el anfitrión, dijo:  “Jennifer Lawrence exigió la igualdad de remuneración para las mujeres en Hollywood, y ella recibió un apoyo abrumador de la gente en todas partes. Hubo marchas de enfermeras y de trabajadores de fábricas que dicen, ‘¿Cómo diablos puede vivir alguien de 25 años con 52 millones?’ Y la cámara pilló a Lawrence riendose apropiadamente. “Trato de no ser demasiado sensible a los chistes del ‘pobre niña rica'”,ella explica.  “Me decían que mi realidad era absolutamente fabulosa pero esta no es la realidad de muchas mujeres en los Estados Unidos. De esto es de lo que estoy hablando.”


Lawrence escribió en Lenny, “Estoy tratando de encontrar el camino ‘adorable’ para exponer mi opinión y aún así ser agradable.” Dicho esto, ella no piensa que ser agradable/complaciente es igual a ser débil. “No hay nada malo en ser complaciente si eres inteligente al respecto”, dice ella. “Mientras que estés recibiendo lo que es justo. Ya sabes, quiero que mis empleados sean felices. No quiero complacer a nadie con el que que estoy trabajando todo el tiempo si no me pagan la cantidad apropiada. Les voy a hacer tan feliz como ellos quieran.”


Sobre el feminismo, sostiene, “no sé por qué esa palabra asusta tanto a la gente, no debería, porque significa igualdad. Si avanzamos en la sociedad nos sentimos más fuertes como mujeres y queremos ser tomadas en serio. No tienes que quitar los rasgos maravillosos que vienen con ser una mujer. Somos sensibles. Somos agradables. Somos empáticas. Todas esas cosas que pueden evitar que te preguntes por lo que quieres o cometer errores.”

Lawrence admitirá facilmente que ha cometido un error o dos aunque sus historias tienen un sabor de buen tiempo subido de tono. Todo el mundo que ves quiere salir con J.Law, ¿en qué manera?, ¿es ella una decepción social? “Ha! Eso es bueno”, ella sonríe. “Realmente no me quedo hasta muy tarde. Soy un rollo, soy como una abuela. Es difícil sacarme (hacer que salga de casa) y cuando salgo no me quedo hasta muy tarde. Y si voy de fiesta, acabo vomitando. No tengo tolerancia, acabo vomitando.”


A modo de testigo, añade: “Preguntale a Emma Stone. Fue la noche que vimos a Adele en Los Ángeles Simplemente empezó a frotar mi espalda. Fue muy dulce. Yo estaba como, ‘¡Fuera de aquí. Esto es muy asqueroso.” A la fiesta se unió Woody Harrelson “Woody se cortó el pie. Se quedó otra vez en una de mis habitaciones de invitados, pero ahí fue donde empecé a vomitar. Rompí una vela, porque no puedo vomitar como una persona normal, movía mis brazos por todas partes. Y no lo limpié porque soy un idiota. Al día siguiente, se cortó el pie, yo estaba como, ‘Joder, ¿me vas a demandar? Y el estaba como, ‘¿Vas a preguntar si estoy bien?’ Ella modestamente bebe un sorbo de té. “Esa noche fue una locura”. Sugiero que la próxima vez que Lawrence abrace la porcelana (vomitar) Adele esté en una esquina distrayendola “¡Sí!” Ella ríe. “Ella estaría encantada de hacerlo”

Traducida por Jennifer Lawrence Spain.

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